Cómo acelerar al máximo Windows 10 y 11

Los sistemas operativos siempre han tenido una serie de requisitos para funcionar de manera correcta. Con la evolución de Windows, estos requisitos aumentan, y siempre vienen bien los consejos para optimizar y acelerar Windows, que en este caso son aplicables a las versiones de 10 y 11:

DESINSTALAR PROGRAMAS INNECESARIOS:
Los programas, además de ocupar espacio en el disco duro, instalan procesos y servicios que se ejecutan automáticamente y hacen que el equipo se ralentice si tenemos un exceso de los mismos.

Los desinstalaremos desde «Inicio/Configuración/Aplicaciones/Aplicaciones instaladas».

DESACTIVAR APLICACIONES EN SEGUNDO PLANO: [*]
Al igual que los programas que instalamos, las aplicaciones de Windows, se ejecutan en segundo plano, y si nuestro equipo es justito o simplemente queremos acelerarlo, lo más lógico sería deshabilitarlas.
Para desactivarlas volvemos a acceder a «Inicio/Configuración/Aplicaciones/Aplicaciones instaladas», nos desplazamos hasta una de ellas, como por ejemplo Calculadora, clic en los 3 puntos «Opciones avanzadas» y en «Permisos de aplicaciones en segundo plano», podemos elegir entre «Siempre, Potencia optimizada o Nunca».

[*] Si no os aparece el apartado «Permitir que esta aplicación se ejecute en segundo plano», tenéis que hacer lo siguiente:

  1. Accede a la ruta «HKEY_LOCAL_MACHINE\SOFTWARE\Policies\Microsoft\Windows\AppPrivacy» y si tienes la clave «LetAppsRunInBackground», tienes que eliminarla.
  2. En la ruta «HKEY_CURRENT_USER\Software\Microsoft\Windows\CurrentVersion\BackgroundAccessApplications», elvlor de «GlobalUserDisabled» tiene que ser «0».
  3. Reiniciar el equipo para que se apliquen los cambios.

DESACTIVAR APLICACIONES DEL ARRANQUE:
La mayoría de aplicaciones intentan ejecutarse el iniciar el equipo, para buscar actualizaciones, cargar configuraciones o simplemente abrirse más rápido cuando los necesitemos. Esto aunque puede ser interesante, hará que se ralentice el arranque y su uso general con aplicaciones que quizás no vamos a usar.

Las desactivaremos haciendo «clic derecho en la barra de tareas» y «Administrador de tareas», en la pestaña «Aplicaciones de arranque».

DESACTIVAR SERVICIOS INNECESARIOS:
Buscamos en el menú de inicio «Configuración del sistema» y en la pestaña de «Servicios» podemos desactivar los que no necesitemos que se ejecuten siempre que arrancamos el equipo.

LIMPIAR ARCHIVOS TEMPORALES:
Utiliza el «Liberador de espacio en disco» o herramientas similares para eliminar archivos temporales y liberar espacio. Tras abrirlo seleccionaremos «Limpiar archivos del sistema» y una vez termine, seleccionaremos todas las casilla y «Aceptar» para proceder a su eliminación.

AJUSTAR EFECTOS VISUALES:
Desactiva efectos visuales innecesarios para liberar recursos del sistema y mejorar el rendimiento.

Lo haremos desde «Inicio/Ajustar la apariencia y rendimiento de Windows» y seleccionaremos «Ajustar para obtener el mejor rendimiento». Si vemos la fuente más fina y no nos gusta, podemos marcar la casilla «Suavizar bordes para las fuentes de pantalla».

OPTIMIZAR LA CONFIGURACIÓN DE ENERGÍA:
Asegúrate de que tu plan de energía esté configurado para un alto rendimiento, especialmente si usas el equipo para tareas exigentes.

Lo comprobaremos desde «Inicio/Configuración/Sistema/Energía y batería» en el apartado «Modo de energía».

MANTÉN WINDOWS ACTUALIZADO:
Las actualizaciones de Windows a menudo incluyen mejoras de rendimiento y correcciones de errores.
Desde «Windows update» buscaremos e instalaremos las actualizaciones disponibles, así como las de controladores o drivers que aparecerán en el apartado «Opciones avanzadas/Actualizaciones opcionales».

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